el entorno verde es espectacular. el calor en la habitación fue un poco molesto.

maravilloso refugio rural con vistas impresionantes y trato excepcional en el corazón de calatanazor

El entorno es pura paz y belleza. Las vistas desde nuestra habitación me dejaron sin aliento. David y Mario hacen sentir a todos como en casa. ¡Repetiría sin dudar!

Las vistas desde nuestra ventana eran impresionantes, y gracias a David y Mario, la atmósfera se sentía como en casa. La arquitectura rústica del hotel me transportó a otra época.

La atención de David y Mario fue

excepcional durante nuestra estancia. El ambiente árabe del hotel y la calidez del pueblo crean un entorno perfecto para desconectar. Las estrellas por la noche eran impresionantes, pero la habitación podría beneficiarse de una mejor ventilación.

a Trato excepcional
b Comida casera
c Vistas impresionantes

a Ruido en habitaciones

super bien el trato, david y mario son unos cracks, siempre con buena onda. el pueblo es una joyita, te sientes en otra época. la habitación, aunque chiquita, tiene todo lo necesario y es muy acogedora. el ambiente en el hostal es genial, la gente super amable. se nota el cariño en cada rincón del lugar.

no fue tan barato y el baño un poco pequeño.

La atención de David y Mario fue genial.

La habitación tiene un encanto rústico que puede atraer a quienes buscan desconectar. Las vistas desde el mirador son realmente interesantes, y el ambiente en el lugar tiene su propio toque especial que invita a relajarse.

La habitación es pequeña y un poco anticuada, además, hace mucho calor ya que no cuenta con aire acondicionado y el sistema de ventilación es limitado. Los suelos de madera permiten que se escuchen fácilmente los ruidos de otras habitaciones, y eso puede ser molesto. en mi caso, la ducha del piso de arriba sonaba casi como si estuviera en mi propia habitación. echaba en falta una mesa y una silla, así como una mejor iluminación, sobre todo en el espejo del baño.

Las vistas desde mi habitación eran impresionantes.

La cama en mi habitación hacía mucho ruido y el somier estaba roto, lo que hizo que dormir fuera una experiencia incómoda. noté un olor a comida que subía a las habitaciones, lo que era bastante desagradable y alteraba el ambiente de relajación que uno espera en unas vacaciones. Además, aunque la atención de David y Mario fue buena, hubo confusiones con los pedidos durante las comidas.

imagine que llego a un hotel donde la cama hacía más ruido que un tambor, y mis pedidos de cena eran un verdadero juego de adivinanzas. Y para colmo, no hubo un pequeño gesto de cortesía como un upgrade.

Las habitaciones tienen un encanto, pero hacía mucho calor sin aire acondicionado.

La habitación era rústica y encantadora, con unas vistas impresionantes que invitan a la desconexión total. David y Mario, con su atención y amabilidad, realmente destacan en el lugar. Sin embargo, el baño resultó ser algo pequeño, y la relación calidad-precio podría mejorar. A pesar de esto, la comida, hecha con productos de cosecha propia, fue un verdadero placer.

Las vistas desde nuestra habitación eran realmente espectaculares, el silencio absoluto y el sonido del agua del arroyo creaban un ambiente perfecto para desconectar. La comida, hecha con productos locales, era deliciosa y siempre a un precio justo.

Nada de nada.

Recomiendo para viajeros solos

La habitación era pequeñita, pero tenía lo justo para estar cómodo. Me gustó que aunque el baño era pequeño, tenía un lavamanos funcional, lo mejor fue que pude aprovechar el lugar para desestresarme después de un día complicado.

No fue barato, pero estaba en el rango aceptable.

Tuve una estancia memorable. Las vistas desde mi habitación eran increíbles y me ayudaron a desconectarme. La comida fue un deleite auténtico, con sabores de la región. La atención de David y Mario hizo que me sintiera como en casa. 🔆